
Se dice que los grandes avances
tecnológicos son desarrollados primeramente como un arma militar, o al menos
como una herramienta de uso para el ejército. Así sucedió con el Internet, y
así pasó también con el radar.
La tecnología militar se
desarrolló fuertemente durante la Primera y Segunda Guerras Mundiales, cuando
se crearon artefactos como la el tanque de guerra o la bomba atómica. En
la actualidad, la tecnología militar trabaja en áreas como la bioquímica, la
nanotecnología o en armas y vehículos más sofisticados.